jueves, 12 de noviembre de 2009

Septenario

En los siete días previos al Viernes de Dolores, la Hermandad celebra sus cultos principales, el solemne septenario en honor de nuestra amadísima Madre, María Santísima en su Soledad. Estos cultos se celebran al atardecer desde el viernes anterior al de Dolores y cuenta con gran asistencia de hermanos y devotos.

Durante el septenario, se meditan los siete dolores de la Virgen Santísima, siendo estos el origen de la composición de estos cultos en siete días. Los cultos comienzan con el Santo Rosario, el ejercicio del septenario, coplas y la celebración de la Misa con predicación a cargo de un orador sagrado. Cada día se cantan los siete Dolores de la Virgen, de los cuales la hermandad posee varias versiones de los mismos.

El Viernes de Dolores como culminación de estos cultos, tiene lugar la Solemne Función principal de Instituto con la asistencia de las principales autoridades locales y los hermanos mayores de las demás hermandades del pueblo. Una coral o capilla musical aporta solemnidad con sus cantos a la celebración que suele ser multitudinaria. En el ofertorio los hermanos hacen publica protestación de Fe, jurando sobre el libro de reglas, es frecuente que algunas hermanas acudan luciendo mantilla negra, participando en las ofrendas. La función finaliza con el canto del Himno de la Virgen de la Soledad.

Hasta el Concilio Vaticano II, esta función tenía lugar durante la mañana del Viernes de Dolores, pasando posteriormente a celebrarse por la tarde, como en la actualidad. Durante todo el día, suelen salir cuatro hermanas jóvenes postulando para la hermandad con huchas de plata, esta figura llamada “demandantas” están muy arraigadas en Cantillana y en el caso de la hermandad de la Soledad salen el  Viernes de Dolores y para los Dolores gloriosos.

Finalmente hay que destacar la solemnidad de estos cultos, para  los cuales, el Santuario viste sus mejores galas y la priostia suele instalar un suntuoso Altar de cultos con gran cantidad de cera y flores.