Tras las celebraciones de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, la venerada imagen de nuestra patrona fue entronizada de nuevo en su camarín y ataviada con el terno negro con bordados de tisú, realizada en Lisboa a comienzos del siglo XX. Luce la corona de plata del siglo XVIII y la media luna del mismo material y cronología, sobre su pecho el corazón traspasado por los siete puñales, alegoría de los siete dolores de Nuestra Señora. Así permanecerá la Santísima Virgen hasta Octubre en que se celebre la Festividad de los Dolores Gloriosos.
©Fotos de Jesús Quintana Pablo
