jueves, 18 de febrero de 2016

Viernes Santo "de siempre"

Hace años que en la hermandad de la Soledad venimos advirtiendo una vuelta a sus orígenes con sucesivas restauraciones de un patrimonio material e inmaterial que han ido devolviendo el verdadero sentido e identidad a la cofradía que desde hace más de cuatro siglos se encarga de representar y celebrar el entierro de Nuestro Señor Jesucristo cada Viernes Santo en Cantillana. El caprichoso devenir del tiempo ha moldeando y definido la cofradía que ha llegado a nuestros días y que en esencia no dista mucho de aquella que conocieron nuestros antepasados; a pesar de cambios y modas, el poso de la historia y la autenticidad siempre permanece en el trasfondo y hace que todo vuelva a su cauce, el que nunca debió perder.


Desde el inicio de nuestra cofradía, en el primer documento escrito que data del año 1583, ya quedan establecidos los elementos claves y  definitorios, proyectando un cortejo procesional que durante cuatro siglos se mantuvo casi inalterable, ya que aunque fue evolucionando siempre mantuvo los siguiente elementos esenciales: la imagen del Cristo Yacente articulado, el paso de la urna, el paso del Calvario y el paso con la Virgen de la Soledad. Estos elementos se han mantenido vigentes durante toda la historia de la hermandad, excepto en estos últimos 25 años, donde el paso de la urna desapareció y otros elementos sufrieron algunas modificaciones.

En el año 1989, el cabildo de hermanos acordó prescindir del paso de la urna, popularmente conocido como “el sepulcro”, decisión mediante la cual la cofradía perdió la estructura y esencia de Santo Entierro y pasó a ser un intento de traslado al sepulcro, proyecto que conllevó un fuerte cambio iconográfico y estético. Desde los inicios del citado cambio en el año 90, muchos hermanos y el pueblo de Cantillana en general no asumieron esta modificación, prevaleciendo siempre en el ánimo general  el recuerdo y añoranza del desaparecido paso del sepulcro; sobre todo cuando el proyecto programado comenzó a sufrir numerosas modificaciones desde sus inicios. A los pocos años de procesionar el paso de grandes proporciones con la nueva iconografía, se paralizó el proyecto ante su inviabilidad y descontento general, volviendo a recuperar la Santa Cruz o Calvario en el paso de misterio junto a las imágenes de San Juan, la Magdalena y el Cristo Yacente; constituyéndose la “extraña” escena que hemos contemplado en estos últimos tiempos.

Pasados  25 años,  esta junta de gobierno haciéndose eco del sentir general del pueblo y numerosos hermanos, ha creído necesario corregir  aquel proyecto fallido; nunca es tarde para rectificar. A raíz de las últimas e importantes restauraciones de la imagen del Cristo Yacente y su urna procesional o sepulcro, se hizo más evidente y necesaria la reincorporación  de este elemento o de este paso al cortejo procesional del Viernes Santo.

Los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto el valor artístico, histórico y sentimental de la urna del siglo XVIII de estilo rocalla, siendo un elemento único y destacable dentro del patrimonio material de  nuestra hermandad, del pueblo de Cantillana y de la Semana Santa andaluza. Además en este original sepulcro es donde la imagen de nuestro titular cristífero adquiere pleno sentido y relevancia.

Llegados a este punto, la hermandad convocó un cabildo extraordinario de hermanos donde planteó la reincorporación del paso del sepulcro, quedando el cortejo constituido por tres pasos como tradicionalmente hemos conocido. Así pues, el pasado 26 de mayo, en un concurrido cabildo extraordinario,  los hermanos acordaron por unanimidad la recuperación del paso del Santo Sepulcro en la procesión del Viernes Santo, como fue habitual desde la fundación de nuestra Cofradía hasta 1990.

De esta forma, el próximo Viernes Santo, el Santísimo Cristo Yacente volverá a salir en el magnífico Sepulcro del siglo XVIII, reestructurándose el  cortejo procesional y contando de nuevo nuestra Cofradía con tres pasos: El Calvario, el Santo Sepulcro y el paso de Nuestra Señora de la Soledad. Este sería el orden y la estructura general de la cofradía en cuyos tramos se distribuirán, nazarenos, representaciones y autoridades civiles y religiosas para dotar de un cuerpo definido al cortejo y otorgar el carácter oficial y solemne que requiere la procesión del Santo Entierro de Ntro. Sr. Jesucristo.

Al volver la imagen del Santísimo Cristo Yacente a su ubicación original en el paso del Sepulcro, el  paso del Calvario vuelve a recuperar su iconografía tradicional unificando las imágenes de San Juan, la Magdalena y la Santa Cruz con el sudario y las escaleras. Para ello se ha sometido a una remodelación el paso actual realizado el año 90 que ha consistido en una reducción de dimensiones y restructuración de la canastilla, obteniendo nuevos volúmenes y un remozado aspecto potenciado por la decoración externa que alterna las cartelas y piezas doradas actuales con la policromía de marmoleados.


El proyecto del nuevo paso para la urna se irá ejecutando en diversas fases, de las cuales este año hemos realizado las nuevas parihuelas metálicas y los faldones. Para el diseño del proyecto definitivo del paso nos hemos ceñido al lenguaje artístico que nos ofrece la urna tras la restauración, proyectando la realización de una llamativa peana de rocallas con policromía de mármoles y piezas doradas. La realización de estos elementos decorativos e iconográficos se irá ejecutando en diversas fases durante los próximos años.

Con estas actuaciones y cambios afrontamos un reto y una nueva etapa en la Hermandad de la Soledad que mira a su pasado más auténtico para caminar hacia el futuro y revivir el Viernes Santo que nunca debió perder. Esta Semana Santa asistiremos a una jornada histórica, donde en luctuoso cortejo acompañaremos a nuestra excelsa Patrona en el entierro de Nuestro Señor Jesucristo que de nuevo vuelve a yacer en el sepulcro.